22 DE NOVIEMBRE SE CONMEMORA EL 156 ANIVERSARIO DE LA GESTA HEROICA DE TLAPACOYAN

  • Sólo se depositó una ofrenda floral bajo un clima lluvioso, (Evento fue suspendido por lluvia)                                      

Comunicación Social

Martínez de la Torre, Ver.

La Batalla de Tlapacoyan tuvo lugar el 16 de noviembre al 22 de noviembre de 1865 durante la Segunda Intervención Francesa en México. La ocupación de Tlapacoyan era parte de una estrategia francesa para apoderarse de la zona de costa, la cual era de suma importancia para el desarrollo de la guerra, ya que era la principal entrada de mercancías al país.

En este momento el número de efectivos extranjeros que cubrían el territorio nacional era de 40 mil, ya que para mediados de 1865 habían salido 12 mil soldados.

Es en este contexto en el que se libran las ocho batallas que culminan con la pérdida de Tlapacoyan para los ejércitos republicanos y que gracias a esto pudieron los invasores sentir que tenían el dominio de la “Tierra Caliente”. El objetivo del ejército imperial era apoderarse de la villa de Teziutlán. Ortega, gobernador del estado de Puebla, quien con el coronel Benito Marín, comandante militar de la plaza y el capitán de la Guardia Nacional Nicolás Bello se replegaron al barrio de Ahuateno y acordaron resistir el empuje de los invasores, por lo que convocaron al pueblo a la defensa.

Aunque el ejército imperialista tenía sitiada la población desde hacía varios días y contaba con fuerzas de las tres armas que sumaban más de 2 mil 500 soldados entre austriacos y simpatizantes de la causa del emperador, esa madrugada recibió de Teziutlán un refuerzo de 500 infantes, por lo que contaron con 3 mil soldados contra sólo 500 republicanos, lo que los indujo a pensar que era el momento de asaltar la plaza, pues no sería fácil que se presentara una mejor oportunidad.

Así que una columna situó su artillería en las partes más altas e inició el fuego a las 6 de la mañana sobre la trinchera de Texcal, y otra sobre la de Itzapa, mientras dos más hacían lo propio sobre las de El Zapote y El Conejo.

El enemigo cargó simultáneamente y con gran vigor contra todos los puestos, obligando a ceder ante su acometida primero a la trinchera del Peñascal, donde el enemigo se parapetó y emplazó la artillería para bombardear el puesto de Texcal, haciendo lo mismo después sobre la trinchera de Itzapa, mientras los soldados que habían descendido por Gentiles arreciaban su ataque sobre los puestos de El Arenal y de El Zapote.

El coronel Ferrer, junto con los hombres que estaban en la trinchera de Texcal soportaban el bombardeo que recibían de los austriacos, pero al caer la trinchera de El Peñascal, arreció y con más precisión el cañoneo a la trinchera de Texcal y de esta manera les fueron derribando las improvisadas barricadas que habían construido con trozos de madera y peñascos, por lo que envió a Rafael Ortiz como correo al puesto de mando de Alatorre, pidiéndole auxilio.                                                                 

«Dígale a Ferrer que se defienda como pueda, y que, si muere en esta lucha, yo me encargaré de decirle al mundo que murió como un héroe”.

Ortiz ya no pudo regresar a dar tan angustiosa noticia, porque para entonces los parapetos de El Arenal y El Zapote habían caído y Ferrer era atacado por los cuatro costados.

Él continúa hasta la hacienda de El Jobo, de allí se va a Ixtacuaco, donde permaneció con la idea de llevar al cabo un contraataque, reuniendo a su gente y enviando correos a Papantla, a Tuxpan, así como a la Línea de Veracruz a Xalapa, que cubría el coronel Honorato Domínguez, para solicitar ayuda.

Finalmente se ve obligado a entregar la plaza a los imperialistas el jueves 21 de diciembre y se retira a la hacienda de El Rincón, cercana a Papantla, donde sufre una nueva y terrible derrota que lo hizo capitular, en definitiva. Así cayó la Línea de Barlovento, quedando únicamente al sur de ella, sobre las armas, el coronel Honorato Domínguez, comandante de la Línea de Veracruz a Xalapa con matriz en la fortaleza de San Carlos.

La acción de Tlapacoyan arrojó un saldo de 86 austriacos muertos, entre ellos el teniente Read, 29 heridos, incluyendo a Rausther, y por parte de los republicanos, entre muchos otros murieron el coronel Manuel A. Ferrer, el comandante Cenobio Rojano, el subteniente Jiménez, los capitanes Bernabé Valdez, Pascual Arriaga, Juan Mejía y Antonio Amaro.

El total de muertos mexicanos fue de 268 y de 82 heridos, más 202 prisioneros. Aunque contando las bajas de los voluntarios de la población resultaron muertos 268, lo que arroja un total de 552 bajas del lado de los defensores de Tlapacoyan.