Prevalece el rezago en materia de salud pública

  • Desaparecido el Seguro Popular; llegó el INSABI y ahora se retoma el IMSS-Bienestar. 

Hospital de Nautla en el abandono: ejemplo del rezago en materia de salud pública.

Amadeus Olivarex

Martínez de la Torre, Ver.

A pesar de los esfuerzos realizados, hasta ahora, el rezago en materia de salud pública prevalece, por lo que ya desde el año 2016 especialistas en la materia, demandaban del gobierno federal un sistema único en la prestación de servicios médicos, así como un expediente clínico electrónico único, para que el paciente pudiera acudir a la clínica más cercana y recibir la atención requerida, sin tanto trámite y burocracia, como hasta hoy sucede.

De lo anterior dan cuenta profesionistas de la medicina que enterados de que se retoma el programa IMSS-Bienestar, en sustitución del Instituto de Salud para el Bienestar que al parecer “no pudo con el paquete”, tras haberse desechado el llamado Seguro Popular por aparentes corruptelas y que dejaba a más del 30 por ciento de pacientes sin surtir la correspondiente receta médica.

Pero igualmente no se contempla el demandado sistema único de salud pública, es decir reformar la Ley General de Salud y fusionar infraestructura y personal del IMSS, ISSSTE y Secretaría de Salud, entre otras instituciones, para elevar la calidad de servicio a la población, porque hasta ahora tal perece que hay mexicanos de primera, de segunda, tercera y hasta quinta categoría.

Por lo pronto, el programa IMSS-Bienestar ya se instaló en el estado de Nayarit, como prueba piloto, a partir del primer día del presente mes, con la mira de extenderlo en una segunda fase a Tlaxcala y Colina, para en tercera fase cubrir otra decena de entidades federativas, entre las que figura Veracruz; se ofrece atención médica y medicamentos gratuitos a una población abierta, sin seguridad social, estimada en casi 12 millones de mexicanos.

Abundando la fuente informativa que, para el siguiente año, podría agregarse a dicho programa -el IMSS-Bienestar- el ISSSTE y así para el año 2024, ya para concluir el presente sexenio, tener instalada una cobertura amplia y abierta a la atención de la población sin capacidad contributiva, misma que va en aumento, por la edad y presencia de enfermedades crónico-degenerativas, que les impiden laborar, empeorando su precaria situación económica, dañada ahora por el paso del COVID19.