EL CIUDADANO

«Es una locura odiar a todas las rosas porque una de ellas te pinchó. Renunciar a todos tus sueños, porque uno de ellos no se realizó» EL PRINCIPITO

Amable lector, mi cordial saludo para usted, este  MIERCOLES 22 de noviembre del 2023. Saludos a nuestros amigos Olivia y Luis Enrique, Nora Hilda, Oralia, Juan Carlos, Bernabé, Leticia, José Antonio, Wilman, Mapa Ruta Totonaca, Banda MH de la CDMX, Fernando, Xóchitl, a quienes expreso mi profundo agradecimiento por seguir ésta columna y por sus generosos comentarios y sugerencias.

RICHARD WEBSTER nos indica: “…Imagine amable lector que se encuentra en una reunión social y conoce a varias personas por primera vez. Una de ellas mira por encima de tu hombro, mientras le hablas y casi no te mira. Otra persona establece un buen contacto visual, sonriendo con frecuencia y mueve su cabeza cada vez que le hablas, la pregunta es ¿Cuál de ellas está interesada en ti? El interés de una y el desinterés de la otra son obvias, no obstante, es probable que ninguna haya estado consciente de lo que su lenguaje corporal comunicaba, a menos que una de ellas estuviera siendo deliberadamente desatenta. Constante revelamos información acerca de nosotros mismos de una forma que no necesitamos utilizar palabras. A los pocos segundos de conocer a alguien ya hemos tomado decisiones acerca de esta persona con base en sus expresiones faciales y su lenguaje corporal. La manera en que se mantiene de pie, sostiene su cabeza y coloca sus brazos y piernas revela sus pensamientos, sentimientos y emociones con mayor claridad que cualquier cantidad de palabras. Desde luego, las personas pueden hacer gestos falsos en su intento por encubrir cómo se tienten realmente. Sin embargo, estos no son 100% eficaces y debido a un fenómeno conocido como “filtración” nuestros sentimientos verdaderos todavía serán visibles para cualquiera que conozca qué buscar. Algunos de los elementos del gesto faltarán, mientras que nuestros sentimientos verdaderos se “filtrarán” a través de la apariencia fingida que tratamos de crear. Un ejemplo común de esto es la sonrisa falsa que las personas exhiben para demostrarles a los demás que están contentos. Una sonrisa genuina involucra los ojos al igual que la boca. Debido a que una sonrisa falsa no involucra los ojos, es sencillo reconocerla. Como la mayoría de las personas, he dicho “estoy bien”, cuando en realidad sentía lo opuesto. A pesar de las palabras y del intento por parecer como si no hubiera ningún problema, nuestros sentimientos verdaderos habrían sido visibles a cualquier estudiante de lenguaje corporal…”.

Cuando sentado a una mesa con un buen amigo y deseas comentarle un problema y te dice tener todo el tiempo para escucharte pero al tiempo que te lo dice, lo notas volteando a todos lados, golpeando la mesa con sus dedos de manera “nerviosa”, sin duda, aunque sus palabras dicen estar disponible para escucharte, sus gestos te indican que de nada servirá que le comentes tu problema ya que no está dispuesto a escucharte, así que lo más inteligente de su parte es hacerle caso a su lenguaje corporal y no al lenguaje verbal.

¿DE QUÉ NOS SIRVE ESTUDIAR EL LENGUAJE CORPORAL? A manera de responderle le diré, amable lector que su vida cambiará ya que mejorará su vida social, profesional e incrementará su capacidad para tener mejores relaciones con las personas que conoce en su vida diaria ya que será capaz de interpretar las señales del lenguaje corporal de otras personas con precisión y podrá utilizar esta información para interactuar y comunicarse con mayor eficacia que antes. Recuerde lo que decían nuestras madres cuando éramos niños: “TU A MÍ NO ME PUEDES ENGAÑAR, CUANDO TU APENAS VAS YO YA VENGO DE REGRESO” y la verdad es que nuestras madres que son los seres que más nos llegan a conocer, ellas conocen nuestras miradas, gestos, reacciones, incluso nuestros pensamientos ya que su inmenso amor siempre está atento a cuidarnos de cualquier mal, ¿Cuántas horas se pasan observando nuestros rostros cuando somos bebés? En la búsqueda de descubrir cualquier gesto de alegría, tristeza, dolor, enojo, temor, etcétera. ¿Me equivoco? Hasta la próxima.