LAVADEROS: Por EL TLACUILO

Por EL TLACUILO

TAMBIÉN HAY MUERAS QUE SON VIVAS

¡Ya la regaron los diputados del PAN con el caso de Guadalupe Argüelles!

Ese grupo legislativo exigió que se audite a la función de la Lupis, por los constantes señalamientos contra su persona que incluyen nepotismo y desvío de recursos.

¿Pues qué no leyeron que ya se está haciendo? Lo único que van a lograr con sus “presiones” es que las Fiscalías dilaten las indagatorias para demostrar que no se mueve por lo que pueda o no decir el PAN.

Cada vez que la oposición de Morena pide este tipo de cosas lo único que hace es ayudar al funcionario que cuestión.

Nos extraña que aunque hay varios diputados experimentados en esa bancada, no detengan este tipo de protagonismos que son equivocados; si en verdad quieren presionar lo deben de pedir en corto, así lo marca “el librito”; de lo contrario solamente riegan el tepache.

¿Qué no nos digan que no conocen al Fiscal Anticorrupción? Porque lo tuvieron varios años en el Congreso.

FISCALA Y FISCAL PUEDEN SER RATIFICADOS

Por cierto, existe un lenguaje un tanto engañoso al utilizar la expresión de que el Congreso llevará a cabo el proceso para “renovar” a la Fiscal General y al Fiscal Anticorrupción, con lo que se descarta la posibilidad de la ratificación de ambos o de cualquiera de ellos.

Ni Verónica Hernández Giadáns ni Alfredo Corona Lizárraga están impedidos para competir por los cargos.

En el caso de Giadáns no llegó de la mejor manera; para lograr meterla al edificio de la Fiscalía se tuvo que escribir una de las páginas más folklóricas del poder; sin embargo su desempeño ha sido aceptable y reconocido a nivel nacional; si bien no ha sido la octava maravilla, sí ha ido metiendo orden.  

En el caso de Corona, en unos cuantos meses ha logrado resolver más asuntos pendientes de lo que su antecesor hizo en más de tres años; lo ha hecho sin filias ni fobias, siendo práctico solamente.

Insistimos, ni impedidos ni descalificados; así que en las Fiscalías puede haber cambio o revalidación.

JUGANDO CON BOMBAS

Y hablando de la Fiscalía; tiene tarea pendiente en Coatzacoalcos, pues a pesar de la presunta detención de los extorsionadores piromianíacos que atacaron hace meses con bombas molotov a negocios que se negaron a pagarles “piso”, los atentados volvieron a resurgir el pasado miércoles.

Fueron incendiadas una ferretería y una llantera, que por cierto permanecían cerradas por la contingencia.

La tarea para la Fiscalía no es que detengan los atentados, lo que se debe frenar es “el cobro de piso”; porque es penoso que todos sepan que se hace, menos las autoridades.

Desde luego el tema de la extorsión a comerciantes no es exclusivo de Coatza, se da en muchos municipios más; o al menos eso afirman los empresarios.

XALAPEÑOS NO HACEN CASO

Le cabe toda la razón al regidor González Villagómez al señalar que los xalapeños no están cumpliendo las disposiciones oficiales de salud.

Es cierto, se relajaron los ánimos en la Capital del estado, tanto de los ciudadanos que están actuando de manera irresponsable, como de las autoridades que no han actuado con mano dura en contra de quienes no cumplen con las estrategias para aplanar la curva; pero, paradójicamente, sí lo están haciendo con los ciudadanos en general; pues todos los prestadores de servicios oficiales se han negado a dar prórroga en los pagos; es más, del pago de los derechos de los automóviles que supuestamente se amplió hasta junio nadie en Hacienda estatal sabe nada; así que hubo que pagar, y si usted no lo hizo porque se confió en la prórroga, lamentamos decirle que está en serios problemas.

Parte de aplazar los pagos no solamente era para apoyar en lo económico, sino también para evitar que salgamos a pagar los servicios ocasionando aglomeraciones; pero ni modo, como diría Bartlett, ellos tienen sueldos que pagar; y cómo diríamos nosotros: ¡Es una vergüenza que no tengan un fondo de contingencia para hacerlo!

ANÉCDOTA PERSONAL

Es obvio que si el sector público se negó a aplazar los pagos, la iniciativa privada mucho menos. La anécdota personal es que el día de ayer venció el plazo para pagar el hospedaje de la página de Revista Tlacuilo; así que decidimos ir a realizar el pago a Banamex de Banderilla, pues regularmente está tranquilo de gente; pero lo encontramos cerrado y sin atención al público; así que en friega fuimos a la sucursal de Plaza Ánimas. ¡Dios mío!, los estacionamientos estaban repletos de automóviles, los bancos con enormes filas que no guardaban su metro y medio de distancia entre las personas; los cajeros automáticos por consiguiente; era un tumulto similar al de la época decembrina; con tiendas que deberían estar cerradas, abiertas. La mayoría de personas estaban sin cubrebocas, en fin, una verbena popular muy alejada de lo que indica la pandemia.

Decidimos no quedarnos a exponernos al contagio; afortunadamente el sitio de hospedaje dio una segunda opción para realizar el pago con depósito a tarjeta bancaria; con lo que se pudo hacer en Oxxo.

Allá en Plaza Ánimas, que les “emprobeche” a los irresponsables; y a los de la cúspide del poder que no dieron prórroga para realizar ningún pago, ojalá se les pudra algo.

Moraleja: antes de salir a las aglomeraciones, sondee a ver si no hay otras opciones para realizar los pagos.

FALLECIÓ ÓSCAR CHÁVEZ DE CORONAVIRUS

Quien escribe es seguidor de la carrera musical de este cantante; la originalidad de las letras interpretadas y su tesitura de voz se amalgamaron con la buena música popular.

Su personaje “El Estilos” debe de ser considerado como uno de los mejor logrados del cine mexicano; fue el “caifán” de barrio que entre las vecindades de la Ciudad de México le susurró al oído, sin dejar de parecer un caballero, al personaje de Julissa: “el frío que por las noches sientes, es por andar desperdiciada”.

Las interpretaciones de Ernesto Gómez Cruz, Sergio Jiménez, Julissa, Enrique Álvarez Félix y el mismo Óscar Chávez nos dejaron constancia de un México que perdimos un año después.

La trama se desarrolla en diciembre del sesenta y siete, año en que fue filmada, e insistimos, deja testimonio de una juventud que cambió después de la matanza de Tlatelolco, haya estado o no involucrada con el Movimiento.

La película es ampliamente recomendable; si la ven, no dejen escapar los detalles de que Tamara Garina interpreta a la prostituta senecta y Carlos Monsiváis al Santa Claus borracho; y bueno, la actuación de Chávez, que iniciaba su trayectoria, no desmereció ante las figuras que lograron esa cinta considerada en el lugar 58 de las 100 mejores películas del cine mexicano.