No mezclar amistad con política

No mezclar amistad con política

Reynaldo Escobar

No obstante que el último desatino de Donald Trump en funciones como presidente de Estados Unidos de Norteamérica fue la incitación a la violencia para tomar por la fuerza la sede del Capitolio en Washington, en lugar de dedicarse a escribir sus memorias como acostumbran la mayoría de los políticos retirados, el multimillonario pretende retomar su liderazgo político entre los republicanos.

El día de ayer, la oficina de prensa del magnate expresidente boletinó a medios de comunicación la disposición de Donald Trump para viajar al extremo sur del estado de Texas, para recorrer junto con el gobernador de ese estado, Greg Abbot, una sección inacabada del muro fronterizo, cercana a la comunidad de Welsaco. La idea del expresidente norteamericano es sumarse a la crítica de los republicanos que en los últimos días han hecho a la política migratoria de Biden, con el único fin de llamar la atención y ganar reflectores, en su abierta aspiración a buscar nuevamente la presidencia del país más rico y poderoso del mundo.

Nadie cree en Donald Trump y menos en su falsa protesta contra la detención de migrantes, porque él mismo promovió ante su “amigo” Andrés Manuel López Obrador el reforzamiento de la vigilancia en la frontera norte y en la frontera sur de México con Guatemala y Belice, para evitar que por esas vías penetraran a nuestro país y siguieran las rutas acostumbradas para llegar al vecino país del norte.

En su momento, Trump se ufanó de contar con el respaldo incondicional de su amigo López Obrador, al que públicamente le agradeció la disposición de 27 mil efectivos de la Guardia Nacional, quienes fungiendo como agentes fronterizos evitaron la llegada de los migrantes que buscaban el sueño americano.

Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, ha sido comisionada por Biden para atender el problema migratorio y el cumplimiento estricto del T-MEC, tareas que siguen ocupadas y preocupadas por los riesgos que se corren ante cualquier decisión precipitada.

Además de lo anterior, la vicepresidenta de Estados Unidos también tiene encomendada la solución para los residentes de la frontera con México, que se duelen de invasiones en sus ranchos y casas, cuya inconformidad pretende aprovechar Donald Trump.

El presidente López Obrador tendrá que decidir ante la disyuntiva de apoyar a Biden o seguir being fiel a su “amigo”, el expresidente Donald Trump.