Herb Alpert: Fandango

Cirrus Minor 

José Eduardo Celis Ochoa Cordero

Ha sido costumbre que en este espacio de repente nos ponemos a charlar con ustedes de músicos que no necesariamente son del rock y hemos enfatizado en algunos que son grandes exponentes del jazz, ya sea en su forma tradicional o también en algunas de sus modalidades actuales, ya que por supuesto, el jazz no está exento de una evolución y de una fusión con algunos otros géneros de la música que tanto nos apasiona.

En esta ocasión vamos a hacer un pequeño giro, para dedicar esta columna a un artista de la música que no cabe duda es una muestra de toda la oferta musical tan vasta que se generó en las décadas de los 60’s-70’s y que la verdad de las cosas, fueron años en los que de manera vertiginosa se presentaban nuevos músicos, nuevos ritmos, nuevas manifestaciones las cuales fueron enriqueciendo día a día el acervo artístico musical generado en esos años.

Así que en esta acotación vamos a charlar de un músico que toca un instrumento de viento que es la trompeta, ha sido líder de sus proyectos y se ha identificado mucho con los ritmos latinos así como los mexicanos, muchos críticos dicen que su forma de tocar la trompeta tiene grandes influencias del mariachi mexicano, pero no solo eso, sino que también tiene otras características dignas de destacarse como la de ser pintor, escultor y filántropo que incluso a lo largo de su trayectoria ha sido multipremiado y hasta ha sido reconocido por el presidente Barack Obama ¿su nombre artístico? Herb Alpert.

Considero -salvo tu mejor opinión- que dadas esas y otras características, Herb Alpert ha sido digno de incluirse dentro de las investigaciones que hemos realizado a lo largo de estos años cuya finalidad ha sido la de saber aspectos dignos de mencionarse de los artistas que admiramos.

Herbert Alpert Goldberg a quien artísticamente conocemos como Herb Alpert, nació en la unión gaba en la ciudad de Los Angeles en el barrio de Boyle Heigths el 31 de marzo de 1935, así que actualmente rebasa la edad de 86 respetables años, sus padres habían emigrado desde Ucrania y Rumanía a los Estados Unidos y aunque su padre tenía la profesión de sastre, también le gustaba mucho tocar la mandolina, por su parte su madre, se dedicaba a dar clases de violín, así que esas fueron las semillas musicales que germinaron en el pequeño Herb, quien a la edad de 8 años comenzó a tocar la trompeta y conforme fue dominando dicho instrumento musical empezó a tocar en bailes, pero también en ese momento se inician sus pininos como productor musical de tal suerte en que le gustaba grabar sus tocadas, posteriormente una vez que fue creciendo y tuvo que ingresar al servicio militar de la USA, tocaba en las ceremonias militares. Por ese entonces tiene aspiraciones fallidas de ser actor, actividad que abandona cuando entra a estudiar en la Universidad de California del Sur en donde estudia música, forma parte de la banda de esa universidad y se gradúa como licenciado en música.

Más adelante, siendo un joven de 22 años de edad, Herb se hace amigo de un productor musical de nombre Lou Adler, con quien llega a componer y producir rolas para músicos de la talla de Sam Cooke con la rola “Wonderful World”: https://youtu.be/O–lLJdK2Ho

La figura de Lou Adler también es muy importante en el mundo de rock, ya que posteriormente llegó a producir a músicos del talante de: The Mamas & The Papas así como de la gran Carole King.

En paralelo Herb inicia su carrera como solista, haciéndolo bajo el seudónimo de Dore Alpert y como trompetista y cantante graba «Tell It to the Birds» en Carnival Records, sencillo que no encontré en el sitio oficial de Herb, pero te pongo la rola, para que vayas midiendo la evolución de este músico en su forma de tocar rolas: https://youtu.be/XV4khGbubtU

En ese momento tambié se hace muy amigo de un productor ejecutivo musical de nombre Jerry Moss, lo cual sucede en 1960 y forman -por cierto en el garage de la casa de Herb- un sello discográfico de nombre Carnival Records, el cual tuvieron que cambiar puesto que ya existía, cambiando la denominación a la de A & M Records, o sea Alpert & Moss Records, sello discográfico que se llegó a convertir en una empresa musical muy importante a tal grado en que se le llegó a considerar como la empresa disquera independiente más importante del mundo la cual llegó a lanzar discos de: Herb Alpert & the Tijuana Brass, Burt Bacharach, Sérgio Mendes & Brasil ’66, The Carpenters, Captain & Tennille, Flying Burrito Brothers, Quincy Jones, Gino Vannelli, Wes Montgomery, Joan Baez , Cat Stevens, Joe Cocker, Procol Harum, Humble Pie, Carole King, Supertramp, Rick Wakeman, Chuck Mangione, Peter Frampton, así como a muchos otros grupos y cantantes importantes, yo solo te puse una muestra de ellos para ir viendo la importancia de ese sello discográfico.

En los inicios de su carrera musical se gesta la identificación de ese músico y cantante con nuestro país, ya que por el año de 1961 o 1962 visita la ciudad mexicana de Tijuana y acude a una corrida de toros, ahí sucede el hecho que marca el estilo de tocar la trompeta de Herb pues él confiesa haber escuchado un mariachi mientras asistía al evento lo cual “lo inspiró y decidió a encontrar una manera de expresar musicalmente aquello que él sintió al ver la exacerbada respuesta de la muchedumbre a cada acto introducido con fanfarria de trompetas», así que poco más adelante, en 1962, Alpert publica The Lonely Bull, su primer álbum bajo el nombre de Tijuana Brass con el cual se inicia su carrera hacia el estrellato: https://youtu.be/16B5Xm8_IKw

Te confieso que yo no soy partidario de lo que llaman la “fiesta brava”, pero hay que hacerle referencia por la importancia de este gran detalle.

No obstante, la música de Herb Alpert estuvo en evolución, de tal suerte en que de alguna manera dio un giro -no precisamente de 180 grados- alejándose un tanto cuanto del sonido mexicano enfocándose más en el pop y llega a situar los sencillos «A Taste of Honey», «Whipped Cream» y «Lollipops and Roses», quizá el más emblemático de ellos es el de “Una probada de miel”, rola en la que por cierto nuestras raíces mexicanas siguen presentes: https://youtu.be/LGmQXuySF28

En esta acotación no vamos a enumerar la discografía de álbumes de estudio de Herb Alpert, ya que es muy extensa, pero lo que sí podemos hacer es diferenciarla en dos etapas, la primera de ellas con los Tijuana Brass, la cual incluye alrededor de 21 álbumes y en su segunda etapa como solista, más de 25 álbumes, el último de ellos se titula “Catch the Wind” y fue lanzado este año de 2021.

Considero ya estamos en posibilidades de comentar el álbum que como ya es tradicional en este espacio, me gusta enfatizar.

Se trata de su álbum de estudio del año de 1982 y que forma parte de mi discografía, el cual se llama “Fandango”, a lo largo de 43’20” te lleva por un viaje de pop instrumental y pop jazz, fundamentalmente, distribuídos de la siguiente manera: https://www.youtube.com/watch?v=8dm4QirgALM

Lado A:

1.- «Fandango” 3:41

2.- «Margarita» 3:41

3.- «Push and Pull» 4:40

4.- «California Blues» 3:49

5.- «Quiereme Tal Como Soy» 3:49

Lado B:

1.- «Route 101» 3:21

2.- «Coco Loco» 2:54

3.- «Aria» 3:44

4.- «Angel» 2:51

5.- «Sugarloaf» 5:07

6.- «Latin Medley (Frenesi / Bahia / Moliendo Cafe / Porompompero)» 5:43

La alineación de músicos que interviene en este álbum, incluye a grandes artistas como puedes ver a continuación: Trumpet, Vocals, Vocoder, Arrangement – Herb Alpert; Backing Vocals – Marie Cain, Darlene Holden–Hoven, Mary Hylan, José Quintana; Bass – Abraham Laboriel, Victor Ruiz Pazos, Freddie Washington; Drums – Ralph Humphrey, Carlos Vega; Guitar – Bernardino Santiago Gonzales, Abraham Laboriel, Tim May, Miguel Peña, Carlos Rios; Harp – Gayle Levant; Horns – Guillermo Espinosa, Carlos Macias; Keyboards/Synthesizer – Juan Carlos Calderón, Michel Colombier, Bill Cuomo, Eduardo Magallanes, Greg Mathieson; Marimba – Julius Wechter; Percussion – Paulinho DaCosta, Laudir de Oliveira ; Strings – Gary Gertzweig’s String Section. Uno de estos grandes músicos que forman parte de la alineación, es el mexicano que ha sido considerado como el mejor  bajista de México, a quien tuve oportunidad de ver tocar en vivo cuando formaba parte de los músicos que acompañaban al inmortal José José (¡Oh aquellos bailes de la prepa Juárez¡), me refiero a Víctor Ruiz Pazos.

Desde mi punto de vista y salvo tu mejor opinión, este álbum es un re encuentro de Herb Alpert con las raíces mexicanas que lo influenciaron en los albores de su carrera musical, inclusive tiene un lado muy romántico que es digno de las mejores baladas mexicanas que has escuchado con intérpretes y compositores que seguramente despertaron ese aspecto de tu personalidad en algún momento.

Su página oficial nos dice respeto a este álbum que “…Herb Alpert se propuso hacer un disco específicamente para el mercado latinoamericano y terminó produciendo una obra maestra, a la altura de los mejores discos de Tijuana Brass, y en algunos aspectos quizá mejor que cualquiera de ellos…Fandango tiene un sonido más auténticamente latinoamericano que los cosmopolitas discos de Tijuana Brass, utilizando ritmos de México a Sudamérica, añadiendo una capa de cuerdas o sintetizadores y las elevadas trompetas de Herb…Alpert, el maestro del estudio, trabaja en su mejor momento…Hay que admitir que las influencias latinas inspiran su mejor trabajo, y tanto si trabaja en un marco latino como si no, todavía no ha igualado este álbum…”. Una vez que lo escuches tu opinión será la válida.

Para ir cerrando esta edición, me gustaría destacar otras facetas de la vida de Herb Alpert que posiblemente no conozcas, pero son importantes y le han hecho tener un sello distintivo similar al que hemos visto con otros artistas abordados en esta columna, me refiero a su vida como productor de teatro, filántropo, escultor, pintor y hasta dueño de un restaurante -no me preguntes si es de comida mexicana- y club de jazz que se llama “Vibrato” ubicado en Bel Air en California.

Como productor de teatro ha llegado a producir las siguientres obras teatrales fundamentalmente en Broadway:  Angels in America, de Tony Kushner, ganadora de un premio Tony/Pulitzer, Jelly’s Last Jam, Broken Glass, de Arthur Miller, Seven Guitars, de August Wilson, y The Boy from Oz.

Su faceta de filantropía incluye la Fundación Herb Alpert la cual apoya una serie de programas educativos, artísticos y orientados a la compasión, dedicados a servir a los jóvenes para ayudarles a alcanzar su potencial y llevar una vida productiva y satisfactoria, y a apoyar sus energías creativas únicas y sus talentos especiales,  los apoya para que vivan libres de prejuicios y, con sus numerosos programas, fomenta la capacidad de empatía, compasión, respeto mutuo, tolerancia y amabilidad, dicha fundación fue creada en el año de 1985.

También incluye dentro de sus programas educativos al programa de postgrado del Instituto Herbie Hancock de Jazz en la Escuela de Música Herb Alpert de la UCLA (Universidad de California en Los Angeles) fundada en 2007, la cual aspira a educar al estudiante en su totalidad a través de colaboraciones productivas entre la interpretación y la erudición y la formación preparatoria para una amplia gama de carreras musicales.

Otros programas educativos importantes e interesantes creados gracias a la creatividad de Herb Alpert son: la escuela de música de CalArts la recibió el nombre de Herb Alpert y con ella se continúa apoyando las becas de música, dotando tres cátedras de la facultad y financiando los programas de la facultad en una escuela conocida por su rigurosa formación en una variedad de estilos y culturas musicales.

Otra aportación importante de Herb al arte ha sido el rescate de la legendaria Harlem School of the Arts, estableciendo una dotación monetaria que no solo evitó que la escuela cerrara sus puertas, sino que ha llevado a un importante rediseño del campus, la ayuda financiera y los fondos para prosperar como un destino artístico clave para la comunidad.

Su faceta como pintor y escultor incluye toda una serie de obras, de las cuales elegí un par de ellas para tu regocijo.

Cierro esta edición con la siguiente frase de Herb Alpert: «Tocar la trompeta produce una cierta satisfacción y energía, una sensación de estar realmente en mi elemento. Me apasiona lo que hago, ya sea pintar, esculpir o tocar. Sólo intento crear lo que surge en la espontaneidad del momento».

Queridos lectores, nos vemos en la siguiente edición y si gustan los invito a leer la versión completa de esta columna en todos los sitios virtuales en los que se publica.