PATY LOBEIRA DE YUNES, SIEMPRE SÍ SERÁ ALCALDESA DEL PUERTO JAROCHO

  • Felicidades a todos, 60 Segundos vuelve a aparecer la primera semana de enero de 2022

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

Felicidades a todos, 60 Segundos vuelve a aparecer la primera semana de enero de 2022        

PATY LOBEIRA DE YUNES, SIEMPRE SÍ SERÁ ALCALDESA DEL PUERTO JAROCHO

Si la ley lo dispuso y el tribunal electoral federal lo avaló, es y no habrá otro poder que pretenda desbancar a la candidata que en estricto apego los ordenamientos establecidos, obtuvo la mayoría de votos, lo que confirma en Veracruz, puerto, llámese conservadurismo o panismo, ha administrado la municipalidad cuando menos en las últimas tres décadas.

Paty Lobeira de Yunes, ganó limpiamente la elección a un personaje de Apellido Exome, pero sin contar con el arraigo entre una población mayoritaria, que nunca ha querido el priismo. Poco ha querido entenderse que los porteños de Veracruz, son de un pensamiento albiazul, no de ahora sino prácticamente de siempre.

Y la democracia obliga a acatar la voluntad mayoritaria de un pueblo que abarca las municipalidades de Veracruz y Boca del Río, en ambas los candidatos del partido dinosáurico han tenido que asimilar que el rechazo a su membrete, está comprometido por decenas de años adelante. El último alcalde boqueño respetado, salidos de las filas priistas, fue el maestro universitario Avelino Muñiz García.

En el puerto de Veracruz, quizá el último y querido alcalde, fue Arturo Llorente González. El resto, aunque urgió de abanderarse con colores del tricolor, una vez en el poder municipal, cambiaban o se decidían por sus siglas ancestrales del partido blanquiazul. Y sino que lo digan ex alcaldes como Virgilio Parra, Adalberto Tejeda Patraca, Roberto Avila González, quienes sin presumir ninguna filiación partidista, necesitaron de asirse a las siglas del PRI, pero después.

Ya montados en caballo puramente panista senadores, legisladores locales y alcaldes son y han sido en los últimos quince años de manera ininterrumpida. En las calles y cafetines del puerto de Veracruz, la apuesta estaba en favor siempre de Paty Lobeira y nada ni nadie pudo desbancarla. Cuestión de enfoques pero en el ámbito meramente popular su abanderamiento, podría asegurarse que todo era solo cuestión de tiempo.

Y la chicana que le pretendieron meter a su juego preelectoral, iba a obtener el resultado esperado por los porteños y que confirmaría el tribunal electoral federal.

Veracruz, puerto ha sido en muchos sentidos, una tierra de disputa, coraje e historia, como pocas regiones del resto del país. Empero, algo que no deja bullir en las mentes y los corazones, de sus habitantes es la alegría innata de toda su vida, y que no pretenda nadie quitarles lo que consideran es decisión suya lisa y llanamente, como corresponde a la elección de sus autoridades locales.

Ahora que persiste la idea que llevó a contratistas como don Carlos Slim, en el sentido de crear un segundo Veracruz, lo cual prácticamente está hecho pero que adolece de la difusión que merece semejante consorcio, se afirma, que no ocurre así. Lo cual obedece a la falta de algunos cables sueltos propios de una municipalidad que lo tiene todo, pero sigue siendo aparte del resto de localidades, o que por lo menos así sigue siendo tratada la tierra natal del poeta Salvador Díaz Mirón.

OCHO DE CADA DIEZ PERSONAS EN LA CALLE SIENTE MIEDO AL PASO DE LA POLICÍA

En la calle nadie se siente seguro, tampoco se fía de sus cuerpos de seguridad, porque exponerles un detalle de su paso incierto, le puede costar un regaño, una advertencia, en el peor de los casos, y quizá hasta un toletazo en alguna parte de su cuerpo.

Increíble pero cierto, cuando el régimen hizo publicar en lugares estratégicos de la ciudad, que la policía de proximidad, debía ser de la confianza de la gente, tal vez se lo creyó esta última por espacio de algún tiempo, pero pasados algunos meses, las propias personas comenzaron a ver sus cuerpos de seguridad con algún recelo, nada confiables.

En la hora de escribirse este comentario, tres visitantes procedentes de la ciudad México, reseñaron que nomás por quítame estas pajas fueron objeto de una andanada de adjetivos y que se vieron reducidos a la nada, sin poderse defender, sin poder cuestionar a sus verdugos, porque de inmediato les retarían a no hacerlo, porque en aras de cometer el delito de ultrajes a la autoridad, podrían ser cargados y llevados a las mazmorras de San José.

Ya lo dijo el senador Ricardo Monreal en su segunda visita a Pacho Viejo, que dicho delito es ominoso y criminal, sobre todo en un régimen de libertades y de estado de derecho. Llamó al poder legislativo a ventilar dicho absurdo jurídico y borrarlo de la legislación veracruzana y puso de muestra que el juez que tuvo en sus manos la causa, que llevó a seis jóvenes a la cárcel de manera injusta, rectificó y ordenó la inmediata libertad de los detenidos, luego de asegurar, que en la cárcel debe haber otros tantos, en semejantes condiciones.

En efecto, reporteros de la ciudad, pudieron testificar como a un jovenzuelo de no más de 15 años, le cayó un comando de policías de la SSP y la policía vial, sometiéndolo y esposándolo, para después subirlo a la batea de una camioneta abierta, bajo el cargo- dijeron los uniformados- de que el muchacho habría alertado en voz alta que un servidor de seguridad pública, había tomado una cartera que se le salió de su bolso a una mujer, y no se dio cuenta.

Una funcionaria judicial y otra abogada, dieron fe de lo que acontecía, pero callaron ante el riesgo de ser sometidas violentamente, pero no sin dejar de advertir que el muchacho no estaba lesionado, que no tenía golpes en su cuerpo y que adonde lo llevaran, debían soltarlo inmediatamente, porque era absolutamente inocente, sobre hechos ocurridos en la plaza comercial Cristal.

Se escucha bien en las conferencias mañanera, sobre el tema de seguridad, se afirme que todos los delitos van a la baja, que bueno y más que la tortura ya no existe. Sería de un gran acierto que la administración del presidente AMLO, se pudiera percatar directamente en nuestras cárceles, cuántos presos existen en sus mazmorras y, cuántos de la población reclusa, enfrenta tortura, extorsión, alguna faceta del terrorismo en sus interiores. Esperemos.

DESPUÉS DEL 68, LOS JÓVENES FUERON LLAMADOS A SUBIRSE AL CARRO DE LA REVOLUCIÓN Y FRACASARON

Hasta los 70-80 del pasado siglo XX se confirma que todo iba bien con gobierno emanados del viejo régimen priista, al grado de que los mexicanos creyeran en los héroes y mitos.

Con el movimiento estudiantil 68, la masacre cometida en contra de centenares de estudiantes, en la manifestación con más asistencia de jóvenes, académicos, investigadores y gente sencilla del pueblo, se llegó a pensar oficialmente, que se trataba de una asonada terrorista rusa, comunista, troska, lo cual, no era cierto.

Claro que de esa forma se justificó la obra criminal del presidente Díaz Ordaz, un esquizofrénico en el poder, diría el escritor Krauze.  Para cometer el genocidio que tuvo lugar en la plaza de las tres culturas de Tlatelolco, invocaría el régimen que eran enemigos del estado mexicano, que pretendían la invasión del país, lo cual nadie creyó, menos los padres de aquellos estudiantes acribillados de manera bárbara e ilegal.

Bueno, tras la tragedia encabezada por el gobierno federal, el miedo se pintaría en el rostro del grueso de los mexicanos y el secretario de gobierno iniciaría la operación cicatriz, la cual completaría al asumir este personaje la presidencia del país. Por supuesto, que había descontento entre los mexicanos y mucho enojo, porque las pesquisas para llegar al origen de los crímenes de lesa humanidad, se hicieron, pero de manera tortuosa y fantasiosa. Jamás se conocería las razones para haber registrado semejante atentado.

El propio mandatario Gustavo Díaz Ordaz, asumiría el costo de ese crimen, anunciando que él y nadie sería quien tendría que rendir cuentas al juicio de la historia.

Sin embargo, LEA entendió el papel estelar que jugaría para confirmar un sexenio populista, de grandes promesas e inclinación ideológica hacia alguna de las izquierdas y para conseguirlo, sabiendo que las heridas sociales estaban bastante abiertas, incorporó a muchos jóvenes al régimen, convirtiéndolos, en funcionarios públicos, los cuales, sin ninguna vocación ni ideología, servirían al presidente, no al pueblo azteca.

Lo suyo ocurrió en la gran provincia azteca, Veracruz no fue menos, así que el artífice de dar chambas políticas un puñado de jóvenes, muchos de los cuales ni siquiera acabaron estudios universitarios, don Rafael Hernández Ochoa, cumpliría a carta cabal con las promesas del presidente Echeverría, de otorgar huesos públicos a los jóvenes seguramente para acallar las voces que seguían quedando de aquella histórica gesta del 68.

A más de 50 años de ocurridos los hechos con que el régimen priista, pretendió castrar las voces de los jóvenes que clamaban justicia, libertades de opinión y de asociación, causas que no han muerto, se continúa a la espera de que la justicia de los hombres aplique los correctivos de rigor en contra de todos aquellos, policías criminales investidos de guardianes de la seguridad pública y que vivos o muertos, debieran ser sancionados.

Hasta hoy, las comisiones de la verdad, que indagan los sucesos del 68, se asemeja un tanto a los comités de investigación, que siguen sin rendir cuentas sobre la identidad de los autores intelectuales y materiales del crimen de lesa humanidad, cometido en la humanidad de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Es Todo.